Seguidores
sábado, 7 de octubre de 2023
ROSTRO OTOÑAL
Un pelo fosco coronaba su cabeza.
La frente ancha y surcada por el tiempo.
Los ojos entornados, procurando
una visión más certera de la vida.
Cejas enarcadas como preludio
del abrazo tendido al que llega.
De su estrecho y almendrado rostro
-testigo de aquel acné juvenil-
salía un gesto suave de luz,
un rastro de tristeza amorosa
macerada en noches sin luna,
algún brote de candor impostado
-casi siempre con buena intención-
y una leve sonrisa callejera
que fluía, entrecortada,
bajo un bigote ya ceniciento.
La barbilla levantada hacia el mar,
hacia un sur como norte de vida,
daban fe de su carácter marinero.
El amistoso café de la tarde
lo vivía en conversación animada,
o en un silencio distraído que escucha
-entre ruidos de cucharillas y tazas-,
con ese gesto de mal tahúr de timba
y un pellizco de sorna en los labios.
Un brillo repentino en sus ojos
-azul poniente suave de infancia-
lo transponía a varios kilómetros.
Pedía perdón, se levantaba,
y anotando en su pequeña agenda
algunas letras trenzadas en verso,
se perdía calle abajo entre la gente…
Fueron tardes en las que entendí
cómo los rostros otoñales se abarojan.
Carlos Bernal (De Versos de almanaque)
7 de octubre de 2023.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario