Sus hojas son alas
de pájaros nocturnos.
Y vuelan.
Vuelan tan lejos
como quiere
quien lee, que vuela
con ellos.
Llegan, y se colocan:
Por orden de estatura,
como soldados;
por apellidos,
como en un instituto;
por materias,
como en la ferretería…
O se amontonan y empolvan.
O se avitrinan y cuidan.
Los libros vuelan
por encima de las cabezas,
o dentro de ellas.
Y viajan a donde
no se les espera.
Un día aparecen
a lomos de palabras.
Encuentras un libro
que nadie ha traído,
que nadie conoce;
un despojo de librería,
un resto de catálogo,
una sombra huida
en la madrugada,
un intruso en un mundo
muy selectivo.
Y alegra estanterías
diciendo palabras;
y doma asperezas,
y suaviza las iras,
y abre corazones
a la luz de las letras.
Sus compañeros de estante
celebran la fiesta:
Un libro ha llegado,
qué hable, qué hable.
Y el libro se abre
con algo de miedo…
Y dice su prólogo,
o desbroza sus páginas
y destripa su magia.
O cuenta una parte,
y deja a los otros
la miel en los labios.
Pero a veces, los libros,
también desaparecen.
Son los libros prestados,
que en manos amigas
llegan al olvido.
Un libro ha volado;
no lo pierdas de vista.
Carlos Bernal.
22 de septiembre de 2023.
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viernes, 22 de septiembre de 2023
LOS LIBROS VUELAN...
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