Desde la turbiedad del amanecido día
voy a la claridad encarcelada de un sol
que a fuerza de luz escapa entre las nubes.
Desde la zafiedad del encumbrado político
que escandalizaría cualquier manual de oratoria,
muevo rápido el dial de la vieja radio.
Busco la salvación en cualquier buena música
que me devuelva la confianza en mi especie.
Desde el balcón alfombrado con copas de árboles,
entre sus ramas aparece la mano segadora
que volverá a ofrecerme durante meses
la imagen triste de un árbol huesudo y calvo.
Finalizado el acto castrador,
por suerte, esta vez no
ha sido indiscriminada tala,
sino corte y conservación de ramas.
Carlos Bernal
13 dic. 2021
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| Antes de empezar, estaba así... |
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| Así ha quedado... |
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