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martes, 3 de noviembre de 2020

Ojalá este noviembre

 

Despertó noviembre entre dos luces,
la de la calle que desoye razones
y la de los corazones sobresaltados.

Despertó encerrado entre paréntesis,
como una frase aclaratoria.

Despertó sin pena ni gloria.

Despertó de una noche de insomnio,
como despiertan las borracheras.

 
Despertó asustado,
como despiertan las pesadillas.
 

Llegó como siempre llega,
con gusto en la boca a frutos secos
y en el alma olor a crisantemos.

Pero trae también -sabemos-
días llenos de incertidumbre,
pendientes de hilos invisibles
que nos mueven arriba y abajo,
como a marionetas de un destino
nunca escrito en ningún libro.

Despertó noviembre entre el desvarío
de tanta cabeza hueca
y la sorpresa de los que creímos  
que ya nada nos sorprendería;
entre la tibieza de los que piensan
que lo que ocurre no va con ellos,
y el dolor y el sufrimiento
de los que van perdiendo esta guerra.

Ojalá la Tierra, en noviembre,
recupere la conciencia perdida,
o gane la que nunca tuvo.
Y los hombres que la habitan coincidan
en cuidar la vida de todos,
vengan de donde vengan,
y piensen como quiera que piensen.

Carlos Bernal

3 Nov 2020.

 


 

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