Se confía…
el carnicero avezado,
pues con años de cuchillo
dando el corte certero,
es tomado por experto.
pues con años de cuchillo
dando el corte certero,
es tomado por experto.
Se confía,
-y aquí viene el cuento-,
se confía
hasta que llega un día
que cortando carne,
se corta el dedo.
Y no se hace esperar la moraleja:
La experiencia no lo es todo,
pues traiciona hasta al más listo
convirtiéndolo en un bobo.
Pero hay modo de salir ileso:
Cuidar el cuchillo, atinar el golpe,
atendiendo siempre donde está el dedo.
(Aplíquese a cualquier sector, profesión o incluso monarquías...)
Carlos Bernal.
Actualizado en enero de 2024.