El verano ha dejado las terrazas montadas,
con abrazos de toldos que siguen tendidos.
Seguro que pensaba quedarse más tiempo.
O tal vez convencido de que vuelve mañana,
o en un gesto de olvido de estación alocada,
el verano ha dejado los toldos abiertos.
Se ha marchado en un rayo, sin despedirse,
hacia un sur orientado por aves que migran.
Con una mochila de ropa empujada
entre risas y alcohol de la última noche;
con salitre en la espalda y gritos de arena,
chapuzón de burbujas y olas de cama.
Han llegado las lluvias con sus ritos de otoño,
chorreando los cruces que palpitan en ámbar.
Hay niños cantando “que llueva, que llueva”,
y unas nubes cansadas abruman el puerto.
Un otoño de truenos va cerrando los toldos
que un día de verano se quedaron abiertos.
Carlos Bernal (De Versos de almanaque)
Octubre 2023
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