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viernes, 18 de noviembre de 2022

Ventana a la lluvia

Nací donde la mar, en invierno,
se subía por las paredes.
La misma mar, que en verano,
se alfombraba a mis pies.

Después me fui sin despedirme,
sin saber lo que pensaba.
Estuve años cantándola,
sin saber a quién cantaba.
Nunca quise volver,
no sé si me esperaba.

Recupero estos versos nostálgicos de un viejo archivo que ya no recordaba. Y que nada tienen que ver con lo que iba escribir ahora. Quizá por eso los traiga, por mezclar y perderme en la mezcla de palabras, de sonidos, con Paco de Lucía y Manuel de Falla de fondo, de olores, con el balcón abierto a tierra y calle mojada, de visiones, con el mar plomizo al fondo y un cielo negro aliñando la mañana de tonos esperados tanto tiempo.

Recupero esa guitarra del algecireño universal grabada en 1978. Cuánto arte acumulado en sus dedos, en su pensamiento más que en sus pocas palabras. Pareciera que el que calla es que no tiene nada que decir. Craso error. Normalmente el que calla es que está convencido de que mejor callarse. Hasta que un día dice lo que piensa y sorprende y dicen que no parecía…

Paco habló poco, pero tocó mucho. Y lo dijo todo con sus dedos, con su guitarra. Creo que es el camino. Pero de vez en cuando hay que declararse y decir lo que uno piensa. Sin intentar convencer a nadie, ya es tarde para eso; cada uno es cada cual y se retrata en sus palabras. Hasta en las que calla y está como ausente, que diría Neruda.

El tejado resbala las gotas de agua que van cayendo lentamente. Y Paco sigue dejando a Falla por el aire. Qué belleza y qué gran mañana de disfrute. Os la recomiendo.

Y puestos a recomendar, también recomiendo el sonido analógico, el de los discos de vinilo, con el tocadiscos de toda la vida, que nos obliga a levantarnos del sofá cada tantos minutos y mover así un poco las piernas, Jajajajajaja.

 


 




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