Aspiro la mañana en la orilla. Nació anaranjada y ahora se viste de azul y de blanco, con olores a limo y arena, con sonidos de olitas que me visitan tocando la mañana en dos tiempos, en un sinuoso compás binario.
En el primero se estrellan y llenan de espuma la playa, y alisan la arena salpicando chispas que traen de una mar lejana, brillante.
En el segundo tiempo se recogen recatadas, para volver a envolverse en papel de plata y de oro, y como un pequeño y amoroso regalo, mostrarse de nuevo en la musical orilla, mientras me llenan de melodías la cabeza.
Y yo me voy con el mar silente, regresando después a mí en este 360º.
Carlos Bernal
Marbella, 30 de noviembre de 2022.
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