Este tiempo de cielos que ya debieran ser azules;
estas tardes de cristales que bailan con la lluvia;
estas noches calladas que no llaman a la luna…
Y sin embargo estos días, que ya gritan primavera.
Que ya gritan primavera en las voces de los niños,
en las flores del naranjo, en la luz de las aceras,
en el vuelo de los pájaros que ajardinan nuestra vida
cantándonos las plazas, poniéndonos la música
en las risas del café que se sienta en las terrazas.
Que se sienta en las terrazas para beberse la tarde
y diluirse en el azúcar de la calma que fluye;
para mirarse en tus ojos, mientras el viento golpea
en este tiempo de cielos que ya debieran ser azules.
Carlos Bernal.
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