Recogiendo las redes. Óleo de Mónica Caruncho Fontela |
Agota la madrugada calurosa,
el sudor de los puntos cardinales;
y esa canción tantas veces repetida
en aquellos días infantiles,
y que ahora reponen las pantallas
de todos nuestros teléfonos móviles.
Cansa dar sonoras palmadas.
Espantar constantemente las palomas,
que con su espíritu -santo o no-
intentan anidar mi balconada.
Asombra haber tenido que vivir tanto,
para saber que estábamos en la noria
que sigue llenando cangilones
para volver a vaciarlos en el barro.
Refresca pensar en recoger las redes.
Levar esa pequeña ancla,
la que me fija a un suelo inestable.
Y alejarme en el silencio de los remos,
con el suave vaivén de la marea.
Y bracear en un mar que amanece,
partiendo el agua en dos mitades.
Dejando a un lado el vigor del nuevo día,
y a otro, la absurda ingravidez de los peces.
Relaja ir recogiendo las redes.
Regresar al balcón de las miradas,
a resguardo de los nidos de palomas.
Carlos Bernal
19 agosto 2021
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