Mantengo la vista en el cristal de la ventana.
Insisto en el encuadre de mar y azoteas.
Adivino barcos en un diluido horizonte.
En las azoteas, las antenas reciben
electromagnéticas mentiras:
su tóxico mensaje,
su malsana estridencia,
su osada ignorancia.
Abajo, en la calle,
apresurados camareros
guillotinan persianas.
Un tráfico dodecafónico
-entre madres escolares-
desafina la tarde.
Carlos Bernal
23 enero 2021.
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