A mis hijos, hace ya algunos años
Os imagino –como a tantos-
enhebrando una esperanza,
intentando que entre un sueño
por un ojo tan pequeño
como la suerte alcanza.
Os adivino sopesando,
-entre los pros y los contras-
de salir a mar abierto
o buscar refugio en puerto
hasta que vuelva la bonanza.
Supongo el sentimiento:
No cejar en el intento
Seguir enhebrando esperanzas.
Aunque con estos vaivenes,
-y esa aguja que tiene
un ojo tan pequeño-,
es difícil acertar.
es difícil acertar.
Pero más raro es soñar
y que se cumplan los sueños.
Carlos Bernal
Actualizado en abril 2019
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