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miércoles, 16 de diciembre de 2020

La mesa

 



Probablemente, el mueble de la casa que está más unido a nuestra sentimentalidad sea la mesa. En torno a ella viven la mayoría de nuestros recuerdos familiares más queridos -y también dolidos-  

Esa tabla de distintas formas, modelos y dimensiones; apoyada en cuatro o más patas; presidiendo el salón o arrinconada en una esquina del cuarto; construida con distintos materiales según las épocas y los gustos, sabe mucho de nosotros.

Es la mesa tan importante, que prácticamente -salvo el descanso horizontal y alguna cosa más- no hacemos nada que no esté apoyado, escrito, pensado, o dirigido desde una mesa.

Muchas mesas desde siempre han marcado la vida. Se han declarado guerras y se ha firmado la paz durante siglos encima de una mesa. Las democracias tienen sus instituciones gobernadas desde las mesas. La Mesa del Congreso de los Diputados, del Senado o de otros Parlamentos, presiden y deciden en el acontecer diario de esas instituciones. Mesas que mandan mucho.

Los científicos celebran congresos con mesas redondas donde se exponen los avances médicos que nos librarán del mal, amén. Así como hay Mesas Coloquios, donde sesudos pensadores disertan, exponen y debaten IDEAS -ya casi en peligro de extinción,  lo de las ideas, digo-.

Pero yo me quedo con las mesas más cercanas y modestas. La del comedor de los domingos de paella y risas con sobremesa de guitarra. Y la mesa camilla de las intimidades contadas a media voz, los secretos bien guardados, los “esto que no salga de aquí”. Hoy me recordaba mi hijo aquella mesa de todas las infancias que tenía dos planos compartidos: Por debajo, el del hermano pequeño creyéndose escondido -ratos de buceo infantil bajo la mesa-. Y el de arriba, con la madre cosiendo, la hija haciendo los deberes del colegio y el padre leyendo el periódico.

Y en estos días próximos, los de Navidad, nada tan definitivo como la mesa del comedor en cada casa. En un audio entrañable, me contaba hace poco mi prima Mar, cómo el paso del tiempo ha quedado marcado, escrito para siempre en esa mesa de Navidad año tras año. Esa mesa que fue creciendo y a la que se fueron sumando felizmente miembros: novios, cuñadas, sobrinos… Y en la que después, tristemente, fueron haciéndose huecos inmensos, eternos, insustituibles…


Están, además, las mesas menores en tamaño pero no en transcendencia. La mesilla de noche, la que conoce secretos de alcoba casi innombrables. Y la mesita del recibidor, que guarda las llaves y sabe de visitas inoportunas y portazos de adolescente malhumorado.


En suma, tan importante en nuestras vidas la mesa. ¡Niña, pon la mesa! Esa cuestión que hay que poner encima de la mesa… Deberíamos sentarnos “en la mesa” y debatir…  (siempre pienso que debería decirse sentarnos “a la mesa”). Nos reunimos hoy en esta mesa…  Preside la mesa…


Terminaría pidiendo permiso al camarero para juntar las mesas, costumbre muy española -y así cabemos todos-. Ay, habrá que esperar mejores días…

 

¡Ah! Y si se me ha olvidado algo, dejadlo encima de la mesa, por favor.


Carlos Bernal
16 Dic 2020

6 comentarios:

  1. Que bonito sigues escribiendo, hermanito. Te vengo a leer de vez en cuando, de incoggggnito porque no dejo comentario, pero vengo...
    Pues yo dejo encima de la mesa los bonitos recuerdos compartidos en la juventud.
    Y espero que en estas fiestas y siempre, esa mesa tuya esté llena de salud y felicidad para ti y todas las personas que quieres.
    Un abrazote muy achuchao! Y...feliz Navidad!

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    1. No sabes la ilusión que me ha hecho verte por aquí. ¡Tanto tiempo sin saber de ti! Me alegro muchísimo de leerte y saber que de vez en cuando me miras desde detrás de las cortinas. Pues qué quieres que te diga, que sí, que escribir relaja mucho y llena el tiempo de ocurrencias, así que por aquí seguiré mientras me queden ganas. Y si quieres y tienes facebook, búscame como Carlos Bernal, hay una sorpresa cantada con un grupo de Ceuta en el que participo. Muchos besos, ha sido un placer saber de ti.

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  2. Que va, no tengo Facebook! Las redes sociales no son lo mío, jejeje.
    Pero seguiré visitándote por aquí y leyendo tus maravillosos textos.
    Besos a montones y cuídate...cuidaos mucho!

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    1. Pues entonces, y para que puedas verlo, te paso por aquí el enlace a este vídeo de Youtube
      https://www.youtube.com/watch?v=_51Y7x-HqYk. A ver si sabes quién soy, jajajajajajaja. Besos

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  3. Te conocí a la primera, jejeje.
    Estás magníficamente y me ha encantado verte.
    Mil besos

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