El día que se vinieron
todos los libros al suelo,
supe del peso que guardan
en su interior las utopías;
que el mundo pone las reglas
y el corazón marca los tiempos.
Nadie sabe cómo son las curvas
que aún nos reserva la vida;
ni cómo la música destila
la magia que tiene el camino.
No sé si las luces conocen
que también existen las sombras;
ni qué misterios se esconden
detrás de cada mirada.
Abrí la Mitología por la página equivocada.
Buscaba convocar a Hércules,
pero los dioses no fueron propicios
y me cerró el Olimpo sus puertas.
Los dioses son relojes que andan
en el sentido contrario
a las agujas que avanzan.
Quise borrar la palabra culpa
de todos los diccionarios.
Ojalá se pierda el miedo
donde nadie pueda encontrarlo.
Carlos Bernal
14 agosto 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario