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jueves, 26 de marzo de 2020

Somníferos que no te duermen...





Me siguen gustando los sonidos
que ayudan a transitar en duermevela.
 

Son somníferos que no te duermen,
como el vaivén del estado febril;
como el ritmo acomodado del soneto
y sus acertadas pausas gráciles.
El tempo suave de las dulces flautas.
La brisa leve del marítimo
que mece flequillos juveniles.
La risa abierta sin estridencia.
El descorche del momento feliz.
El Do perfecto de los gorriones.
El sopor amable de la indolencia.
Los ruidos de los puertos pesqueros.
La música romántica cuando se enfada…


Pero también el piano forte
cuando tiene que serlo;
y el trueno en mitad de la tormenta
por no perder su prestigio.
El maleficio de las brujas de Salem
con sus amarillentas explosiones.
Las detonaciones de los artificieros
salvando vidas de película.
El estruendo que formó Moisés
separando las aguas del Mar Rojo.
El cañonazo lejano que da las doce.
Un martillo machacando a cuatro calles.
Los niños jugando a una distancia prudencial.
Los vídeos de los líderes con el sonido en mute.
La mascletá que se ha quedado en silencio…
 

Y aquellos ejes de la carreta
que Atahualpa dejó sin engrasar.

Carlos Bernal
26 marzo 2020.

6 comentarios:

  1. Qué manera más inteligente de colocar palabras en el papel. Gracias por el regalo.

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  2. 👏👏👏 Muy bonitos esos sonidos entre silencio

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  3. Gracias . Desde luego sutilmente nos has traído a la cruda realidad sin nombrar el bicho

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  4. Jejejejeej, sin nombrar el bicho...
    Gracias, desconocido.

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