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sábado, 12 de octubre de 2019

Dormida o La Mujer Muerta


Dormida (Poema de Jose Carlos Navas)

Unos le llaman dormida
otros le dicen la muerta,
postrada en cama de siglos,
de amor dormida ya,
quizá esté muerta.

Llorando quedó una mañana,
solitaria allá en la playa,
mientras las olas bravas,
morían tristes, en la arena.

Y de amor llora su pena,
y de amor es su pecado;
de amor es su condena,
postrada en cama de siglos,
sus pies envueltos de arena,
bañados por ese mar
que víola llorar de pena.

El viento que rompe la piedra,
llegándole este dolor
hasta aflorarle las venas,
camino del corazón,
camino de su alma en pena.

Y no se sabe si es muerte
o tal vez esté dormida,
si sueña con querubines,
si por amor murió,
si por amor vivió.

La escarcha cada mañana
enjuaga su parda cara
y sus senos heniestos
los refresca la alborada.

Sus pies los baña en el mar,
ese mar tan bravo y frío,
ese mar que la hace suya,
causa de su desvarío.

Y de amor llora su pena,
y de amor es su pecado;
de amor es su condena,
postrada en cama de siglos,
sus pies envueltos de arena,
bañados por ese mar
que víola llorar de pena.




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