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jueves, 30 de enero de 2025

PARA QUE TÚ LO SEPAS



Como en aquella canción,

“Aunque tú no lo sepas”

hoy he vuelto a leerte.

Y entre tus Rimas, Gustavo,

me he visto, adolescente.


Jugando con tus versos

entre acordes de guitarra;

trenzándome tu lira

mientras peinaba mis sueños.



Soñando con gustarte...

Como si pudieras mirarme

desde tu altura, escondido,

escribí algunas canciones 

que tú ya habías escrito;

canté versos que cantaste,

y hasta amé aquellos amores

desdichados que tú amaste.



Aunque tú no lo sepas,

hoy he vuelto a leerte.

Y entre tus Rimas, eternas,

me he visto, adolescente.



Carlos Bernal

30 enero 2025.




miércoles, 22 de enero de 2025

El cielo se ha emborregado...

 

FOTO: ANA RÍOS


Un mar espumoso refleja

incontables nubes que aborregan 

un cielo transitado en silencio.


Ya sé que son estratocúmulos,

y conozco el porqué de su existencia;

pero quiero, más allá de la Ciencia,

pensar que esas nubes procuran

de alguna manera alertarnos,

con la metáfora de millones de borregos 

pastoreando celestiales praderas.



Carlos Bernal.








sábado, 28 de diciembre de 2024

VEINTICUATRO



Llegó esa tarde del veinticuatro. Volvieron los recuerdos de tantos años, de tantas veces veinticuatro. Desde aquel entonces, desde aquellos días de pantalón corto y carreras entre las piernas del abuelo, y él diciendo “chiquillo, que te vas a caer”. Y la abuela en la cocina, con mi madre, preparando ese pavo que han traído vivo y que han matado para ser cocinado y comido esa noche. Desde entonces han pasado tantos veinticuatro…


Llegaron los de los años de juventud, en que recogía a mi tía soltera de su casa para que cenara con nosotros. Y venían primos y otros tíos… y ya no estaban los abuelos. Y yo cantaba en la parroquia del barrio, en la Misa del Gallo, y cenaba deprisa porque me estaban esperando…


Después fueron los años de los padres mayores, necesitados de ayuda, y ahí estaba, también veinticuatro, pero horas al día pendiente de que me llamaran para lo que hiciera falta. 


Y luego vino la rotura de todos los hilos con aquel pasado y nuevas ramas nacieron del mismo tronco. Fuimos padres y después los hijos nos hicieron abuelos… Y llegaron otros veinticuatros distintos, con el mismo amor pero volcado en otras personas. Ahora las canas las vestimos nosotros, que ya no somos los que corretean entre las piernas. Ahora somos los que decimos -como decía mi abuelo- ten cuidado, chiquillo, que te vas a caer…


He puesto música de villancicos tradicionales, aquellos que cantábamos entonces… y vuelven los recuerdos. De pronto me he visto joven, cantando en la Misa del Gallo. Y la nostalgia, esa amiga llorona, ha inundado la estancia…


Feliz Navidad.


viernes, 20 de diciembre de 2024

ESCRIBIR




Escribir por escribir es una tarea ingente,

absurda, cansina, deprimente hasta el extremo.

Es entrar en la rutina de sabor obligatorio;

sin espíritu, vacío, sin una razón aparente.


Un transcurrir diario en zapatillas a la mesa,

hasta el cuaderno que muestra las tachaduras,

los borrones cotidianos. Es el momento en que piensas

para qué estoy escribiendo. Y lo dejas. Abandonas.


Pero el alba regresa 

a pincharte las entrañas

con las dolidas preguntas 

que quedaron sin respuesta…


Y te sientas a la mesa

sin saber por qué te sientas;

a escribir por escribir, 

a descubrir entre la bruma

un no sé qué a tientas.


Y de nuevo la cabeza 

es feliz porque cabila.

Al final, noble rutina

que me merece la pena.



Carlos Bernal.

Los Barrios, 20 Dic. 2024

sábado, 5 de octubre de 2024

AMANECE, COMO ÚNICA PROPUESTA...

Playas de Marbella. Foto: Carlos Bernal.

 

Amaneció con la brumosa claridad
que anuncia un día soleado.

Respiré lo más profundo que pude,
como queriendo hacerme hueco
en medio de aquel escenario.
Amanecer es siempre un espectáculo…
 

No sabía si también en octubre.
Una Luna amorosa escapaba
por un resquicio restante de noche
contra la luz naciente del alba.
 
Luego supe seguro que sí;
que si abril refulge en su plata,
octubre se arma de otoño
y amanece con luces de bronce.

Ante aquella visión de universo
decidí orillar cosas vanas…
 
Los niños me quitan el sueño.
¡Qué mundo quieren dejarles 
los salvajes salvadores de patrias!

Mientras tanto, solo amanece,
como única propuesta decente.

Carlos Bernal.
6 de octubre de 2024.





domingo, 29 de septiembre de 2024

MENSAJE IMPERECEDERO

 

El libro mustio guardará, en silencio,
todo el tiempo que quieras, su historia.
Y en sus hojas ajadas y amarillas,
aunque parezcan ya muertas para siempre,
conservará perfecto su mensaje;
pues no tiene fecha de caducidad
ni tampoco de consumo preferente.

Guardando susurros de biblioteca
en la quietud de su árbol de estantería,
verá pasar el tiempo con parsimonia,
-esa unidad de medida que mantiene 
la calma eterna propia de los dioses-.

Hasta el día en que tus ojos revelen
las letras que retuvo su memoria.

Y entonces regresarán del olvido
sus palabras brillantes por el aire,
como rayos de luz recién nacidos
en un mundo que había estado oculto.

Y ya siempre quedarán en el recuerdo
del que supo interesarse por el libro...

Así traspasan las lindes del tiempo
esos mensajes imperecederos;
en mochilas intergeneracionales
que son los libros durmiendo estanterías.

Pero habrá que escribir más libros
por todos los que quemaron,
y los que hoy siguen quemando.
Igual que plantar más árboles
por todos los que cortaron
y los que hoy siguen cortando…
 
Igual que contar las vidas
de todos los que mataron
y los que hoy siguen matando…


Carlos Bernal
29 de septiembre de 2024.





jueves, 19 de septiembre de 2024

ÁRBOLES

En cualquier reforma, aparcamiento, obra…
Lo primero: cortar los árboles, que estorban.
 
 

 

Los árboles ya estaban aquí
mucho antes que nosotros.
Llegaron primero.


Como nosotros,
tienen brazos y tronco
y están pegados al suelo.

También hablan,
aunque no puedas oírlos,
y gritan pidiendo auxilio.

Están por toda la Tierra
soltando vida
y sintiendo cada día 
pavor de motosierra. 
 

Y los cortan.
Y los matan.
Y dicen que plantan
más de los que arrasan.

Pero cada uno de los nuevos
necesita de los años
que arrancaron a su abuelo.

Sus grandes enemigos
no son plagas naturales;
son alcaldes y alcaldesas
de afición arboricida
y apellido “motosierra”.


Conocedores, como nadie,
de la especulación del suelo,
del rédito del aparcamiento,
de las plusvalías de cemento.

¡Cuánto estorban los árboles
en sus planes personales!


En este mundo sin alma, 
ramplón y pendenciero,
la sombra la ponen los árboles,
y la calma y el sosiego.
La motosierra trae el desierto...
 
Elige de qué lado ponernos.

 
Carlos Bernal.
Marbella, 19 de septiembre de 2024.