No odio a las personas,
aunque haya personas odiosas;
odio las cosas
que generan las personas.
Odio la guerra y el dolor,
la envidia, el deshonor,
la indignidad, la desdicha,
la falta de humanidad,
la sombra de desconfianza
la siembra de la maldad,
las sobras de indecencia
y la falta de compasión.
La extrañeza, la desolación
la astucia y el ansia
en procurar solo el mal.
La necesidad de mentir.
de la vida del otro.
El poco respeto a todo
lo que esté fuera de su ombligo.
Odio esto que te cuento,
y algunas cosas más que digo…
Odio, sin más razón,
el acoso y el derribo
de la torre a la que aspiro,
como única explicación.
Odio el aplauso a la mofa,
la descalificación gratuita.
Odio el insulto y la burla;
esa razón del que goza
la inteligencia más burda.
…
Por lo que propongo y sugiero
-si se trata de sacar punta-
más afición a Quevedo,
y menos a la tele basura.
Carlos Bernal.
Marbella, 12 de septiembre de 2024.
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