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jueves, 18 de mayo de 2023

TORMENTA

 

 




Queriendo saber lo lejos
que estaba la tormenta,
contaba el tiempo que iba
entre el relámpago y el trueno.

¿Cuántos minutos faltaban
para que el cielo se abriera?

Esperando aquel anuncio
de la lluvia entre mis manos…

Imbuido por la bronca
y negritud de las nubes…

Ansiando su solvencia…

Sospechando que el estrépito
iba a quedarse en bien poco;
adivinando que el cielo
hacía también campaña,
queriendo que lo votara
en las próximas elecciones…

Intuyendo su insolvencia,
acabé siendo consciente
de que fue más el anuncio
que la realidad suscrita.

Como si ya no importara
aquella lluvia prometida,
lo que ocurre tantas veces.

Como siempre, esta mañana, 
o como casi siempre sucede,
fue más el ruido que las nueces.


Carlos Bernal (De Versos de almanaque)
18 mayo 2023.

lunes, 8 de mayo de 2023

VOLAORES




(A Pedro Duarte, protector de salazones)


En la Bahía Sur de Ceuta
la luz del alba cimbrea
entre pateras silentes
que unen remo y tradición
acompasando las aguas.

Nació bruma de mañana
cuando el Sol palidecía
en la cubierta del bote;
chasquidos de remo,
hilvanes de agua
va trazando la patera
con el taró entre las manos.

Pescadores enzarzados
en tradición milenaria
de bonitos y mojamas,
volaores y agujetas,
y hasta de anchoas y huevas.

El Sol que palidecía
rompió aguas a las doce;
y la mar, llena de vida,
lo parió sobre una roca.

Remos miran volaores
saltar rizando las olas;
volaores que surfean
plateándose en el aire.

Las pateras van virando
para cerrarles el paso…
El día es largo,
el trabajo, arduo.

El Sol dora la Almadraba.
Un niño atardece la orilla
al regreso de los hombres;
mañana irá con su abuelo
a ver hacer salazones.

Carlos Bernal
8 de mayo 2023.




sábado, 6 de mayo de 2023

BUEN VIAJE Y LARGA VIDA

Aparecieron por aquí. Poco a poco, uno a uno, como gotas de un grifo mal cerrado, casi en fila india. Traían cada uno su aire distinto, su especial forma de ser. Entraban con cierta desconfianza, mirando las paredes como quien teme que se le caigan encima. Al poco, tomaron asiento y fueron sintiéndose como en casa.

Luego, como con aquellos otros poemas que conformaron Noray, los fui recogiendo con cuidado, animándolos a entrar en el gallinero, como se hacía con las gallinas y los gallos por las tardes en aquel pequeño corralito del barrio que divisaba desde mi ventana infantil. Solo que esta vez llevarían el nombre de la casa de acogida: “Alféizar, donde el viento te acerca palabras”. Y como siempre, son todos los que están pero no están todos los que son. Como la vez anterior, hubo que seleccionar. Bueno, ya se les pasará el enfado; son cosas de la poca edad.

Ahora volarán desde las letras negras de las páginas blancas hacia ojalá muchas estanterías, mesitas de noche, repisas y cajones de mesas de despacho, para que ojalá también, ojos soñadores quieran fijarse en ellos y, por un rato, hacerlos suyos. Porque la mayor tristeza que vivir pueda un poema es no ser creído por nadie. Cruzo los dedos para que no ocurra.

Así que allá vais. Que el viento -lo mismo que os dejó en mi alféizar- ahora os haga volar más lejos y os vaya depositando en cada ventana amiga. Buen viaje.

Carlos Bernal
Mayo de 2023.




PD.- Gracias al editor, Ezequiel Teodoro, por seguir creyendo en este puñadito de soñadores caballas que queremos seguir poniendo letras a nuestros pensamientos y sentires.

viernes, 5 de mayo de 2023

Para mis adentros...


 

No cierro la ventana;
la dejo “encajá”.
 

Voy a meterme pa dentro,
a ver si me pongo a pensar...

 

Carlos Bernal
6 de junio de 2023.