Regálame un verso y te escribiré un poema.
Dame una palanca y moveré tu mundo.
Esgrime una razón y cambiará mi vida.
Dame la espalda y perderé un universo.
Coge mis manos y volará el pensamiento.
Porque sigo siendo aquel niño
que empezaba cuadernos en limpio
cada primero de septiembre;
el que buscaba en invierno en la playa
sus piedras preciosas,
cristales rotos que el mar esculpía.
Porque sigo viendo desde mi ventana
pasar trenes fantasmas
camino de Tetuán,
por aquella vía abandonada.
Carlos Bernal
5 Nov 2021.
FOTO http://heptaadelfhoi.blogspot.com.es |
Enamorada de tus palabras escritas, emocionada y llena de recuerdos...
ResponderEliminarAy, cómo echo de menos a veces nuestra niñez y adolescencia.
Te quiero, amigo.
Rocío.
Muchas gracias por tus palabras, amiga Rocío. A veces suele ocurrir que sin motivo aparente uno echa la vista atrás por un instante, y un sabor, un olor o un sonido le lleva a esa patria feliz de la infancia. Yo también te quiero. Un beso fuerte
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