En el regusto en la paz de alejarse,
a veces se aleja uno tanto,
que cuesta volver a la orilla.
Es entonces cuando despierto
braceando un mar angustioso.
Luego vuelvo a inundarme de sueños
en escaleras con nueve peldaños.
en escaleras con nueve peldaños.
Me veo contando los tramos,
buscando algún endecasílabo.
Hay silencio en todos los relojes;
las once dan, de nuevo duermo.
Es el momento en que empieza el soneto.
Y sueño nueve, diez o sueño doce.
No aparece el verso endecasílabo.
Malditos sean todos los relojes
que olvidan sus campanas a las once.
Carlos Bernal
7 mayo 2021.
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