Busqué entre los poemas que andaban correteando por estas páginas. Seleccioné un buen puñado entre aquellos que seguían un camino determinado. Aquellos que marcaban un horizonte fijo; los que tenían un interés común, el de reconocerme en mi historia. Los perseguí arriba y abajo. Una vez capturados les quité el polvo acumulado durante años y los vestí con ropa nueva, o remendada, en otros casos. Hubo que sacarle los bajos a algunos y ensanchar las costuras a otros. Muchos se resistían a aparecer en público; decían sentirse ridículos, trasnochados, absurdamente viejos y fuera de lugar. Así que la negociación no fue fácil. Pero al final tuvieron que transigir. El que manda, manda, -les dije-. Se hizo el silencio entre los poemas mientras proseguía con mi discurso:
Voy a dar la cara por vosotros, espero que me dejéis en buen lugar.
Hubo alguna sonrisilla burlona por respuesta, y también ojos de estar pensando vaya con el viejo. Pero en general se puede decir que no les quedó otra que aceptar y tirar para delante.
A los seleccionados les dije que fueran haciendo el equipaje para marcharse lejos, que ya no estarían en casa y que debían empezar a vivir su propia vida. Noté que les daba algo de pena separarse de mí después de tanto tiempo. Tuve que suavizarlo diciendo que seguiríamos en contacto, que yo siempre iba a estar ahí para lo que necesitaran…
Estos últimos días antes de su partida están siendo muy emotivos y cariñosos. Ahora, en realidad, no sé si quiero separarme de ellos. La vida.
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viernes, 29 de abril de 2022
Historia de un poemario.
jueves, 21 de abril de 2022
De vuelta
Da gusto volver a casa.
El placer de registrar la librería buscando
el silencio del libro que acompaña,
la virtud de este cuarto al sol poniente.
Hurgar en la estantería que guarda
su acostumbrada compostura
de tarde de lectura con pájaros de fondo.
Removerme en la silla
junto a la mesa que recoge con placidez
mi mano acostumbrada a su relieve,
mi cuaderno de bitácora que actualizo
con la calma que contagia.
La ventana, a la derecha,
es un cuadro con horas dibujadas:
la de los niños al colegio,
la de los perros paseados,
la de las madres que vuelven,
la de las compras diarias…
Un espejo donde mirarme
las estaciones que corren,
las vidas que transcurren
junto a la mía, que aletea.
viernes, 1 de abril de 2022
Las faenas del mar
ALGUNAS COSAS QUE LA MAR ATIENDE
Tararea canciones que habías olvidado.
Llena tus sueños de espuma blanca
y peces de colores.
Ensancha el horizonte mientras miras
y a mirar aprendes.
Da la vuelta al mundo sin contar los días.
A cada rato pone otro escaparate.
Intercambia cromos con el cielo
-dos de ellos por uno del mar-.
Resume tu vida en lunas.
Sigue pescando estrellas,
esas que caen a sus pies.
Te acerca espejos
donde reconocerte.
Tiene colores para todas las banderas.
Ilumina de azul las noches de fiesta.
Contagia su alegría eterna.
No le avergüenza su historia,
guarda en su vientre los restos.
No va a quitarte las penas
pero te ayuda a entenderlas.
Merenguea esas tardes de abril
que dejan con la boca abierta.
Trae un mensaje encriptado
con cada ola que llega;
si no lo entiendes, se lo lleva.
Es el amante Cyrano
que le habla a tu amor de amor,
mientras tú guardas silencio
escondido tras las rocas.
Le enfurece el hombre
y su maltrato;
lo arrastra con dolor
y siglos de amargura.
No hay remedio.
Dile tú a la mar
que guarde compostura…